Otoniel Font
Experimenta el Poder de la Resurrección
En Mateo 28, vemos a un Cristo resucitado, que es la señal de que el plan de redención había sido completado. Toda autoridad le había sido dada a Cristo. Por eso, pudo decir: Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándoles, y enseñándoles que guarden mis mandamientos.
Desde que Cristo vino y murió en la cruz del Calvario, y pagó el precio por nosotros, pasamos del plan de redención, al plan original: Dominio. La iglesia está enfocada en ganarse a uno, pero después ¿qué?
Las naciones no solo necesitan saber que han sido lavadas con la sangre del Cordero, necesitan gente que se meta en las escuelas, en la televisión, en los medios, y necesitan gente que tenga soluciones, y que enseñe a las naciones lo que dice la palabra, porque es la palabra de Dios la que establece la solución para las naciones.
El mandato de Cristo no fue apuntar estrellas en el cielo, fue cambiar la conciencia de las naciones.
Si hoy nos entregaran el gobierno, ¿tendríamos la solución? ¿Seríamos como José? ¿Seríamos los Josés de esta tierra? El Faraón tenía un sueño que no lo dejaba dormir, y José, no solo interpretó el sueño, sino que dio una solución. Lo que hizo que lo pusieran segundo al mando, no fue la interpretación del sueño, fue la solución.
El poder de la resurrección se basa en el conocimiento del propósito y el destino de Dios para tu vida.
La mayoría hubiese dicho: El sueño quiere decir que vienen siete años de abundancia, y siete años de escasez. Y ahí lo hubiesen dejado. Pero, entonces ¿qué?
Muchos se quejan de que las cosas están mal, pero ¿qué están haciendo?
No podemos dejar que las cosas sigan pasando. Ese no fue el mensaje de Cristo.
El mensaje de Cristo fue meterse en los asuntos de todo el mundo, ser un buen ciudadano, su mensaje fue transformar la vida de alguien. Fue tomar a un hombre ordinario como Simón, y convertirlo en un hombre extraordinario como Pedro. Fue coger a un publicano que era odiado, y convertirlo en una persona extraordinaria para el Señor.
Fue coger un Zaqueo y transformarlo, y con él transformar toda una ciudad. Fue hablar con la mujer samaritana, y transformarla para que esa mujer fuera y cambiara toda una ciudad.
El poder de la resurrección se basa en el conocimiento del propósito y el destino de Dios para tu vida.
Si Cristo no hubiese sabido el propósito, no había razón para resucitar. La victoria no estaba en la muerte, la victoria estaba en la resurrección. Pero, para resucitar, hay que tener propósito.
Hay personas que existen, pero no viven. No han experimentado el poder de la resurrección en su vida, derrotados por las deudas, por la depresión, por los problemas, por el fracaso, y lo que tienen que hacer es permitir que el Cristo resucitado se meta en ellos y los saque de ese estado. Pero, si no hay sentido de destino y de propósito, tenemos una iglesia débil.
La solución no está en mudarte, sino en cambiar tu país.
La pregunta es: ¿Qué estamos haciendo? ¿A quién estamos cambiando? ¿A quién le estás hablando? ¿A quién estás dejando ir de tu oficina, sin decirle que necesita de Cristo? ¿A quién estás dejando ir de tu lado, sin decirle que Cristo es la solución?