Reinhard Bonnke
El Espiritu Santo y el Hablar en Lenguas
El bautismo en el Espíritu Santo con la evidencia de hablar en otras lenguas es la última Reforma. Este bautismo, afirma todas las doctrinas bíblicas y provee una nueva dimensión para las enseñanzas cristianas. El hablar en lenguas es la manifestación física de una verdad espiritual.
Las doctrinas bíblicas, siempre han estado compuestas de dos partes: la física y la espiritual. Desde el principio de los tiempos, el Espíritu ha operado tanto en el mundo físico como en el espiritual. El bautismo en el Espíritu tipifica a la persona del Espíritu Santo.
Me explico, el bautismo en el Espíritu afecta tanto al cuerpo como al alma porque el Espíritu siempre ha obrado con las cosas físicas al igual que con las espirituales.
Marcos 16:20 dice, «…ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que les seguían». Una de esas señales era el hablar en lenguas.
El hablar en lenguas es la manifestación física de una verdad espiritual.
Permítame mostrarle lo que quiero decir comenzando por el Antiguo Testamento. Los profetas del Antiguo Testamento no habían sido bautizados en el Espíritu Santo, ni tenían al Espíritu Santo morando en ellos.
Ellos se movían cuando el Espíritu se posaba sobre ellos. Esta era una de las señales que distinguían a los apóstoles.
Otra de las señales, eran los milagros que en ocasiones ocurrían por medio de los profetas. Durante esos tiempos, cuando ocurrían actos sobrenaturales se les atribuían al «soplo de Dios».
En hebreo, la palabra «soplo» y la palabra «espíritu» tienen el mismo significado – ruwach. Cuando Dios tocó al Rey Saúl, las personas decían que el soplo, o el Espíritu de Dios había venido sobre él.