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Otoniel Font

Voces de la Revelacion de Dios

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En el Antiguo Testamento había tres sistemas sacerdotales: 1. El sistema levítico, 2. El sistema de Aarón, y 3. El sistema de Melquisedec. El sistema levítico y el de Aarón eran obligatorios. El sistema de Melquisedec era voluntario.

En Génesis 14, cuando Abraham sale de la batalla, se somete voluntariamente a Melquisedec, porque Melquisedec hizo lo que los levitas y los arones no hicieron.

Melquisedec le dijo a Abraham: Tú eres un hijo del Dios Altísimo. En otras palabras, Melquisedec quiso decir que ellos estaban al mismo nivel. Melquisedec era rey, pero estaba reconociendo a Abraham como uno de su nivel. Estaban entre reyes. Melquisedec no se puso por encima de Abraham. Y además de esto, Melquisedec le sacó pan y vino, y lo bendijo.

Por esas razones, Abraham decidió someterse a la autoridad de Melquisedec. Nadie lo tuvo que obligar, pero es que nadie te tiene que obligar a ser parte de un lugar que lo que hace es que te levanta, te saca pan, te saca vino, y te bendice. Si en tu iglesia tú recibes estas cuatro cosas, entonces ese es un lugar al que tú debes permanecer conectado voluntariamente.

En la biblia, hubo tres hombres que, siendo prisioneros y esclavos, terminaron siendo líderes, terminaron dirigiendo. Estos fueron: José, Daniel y Pablo. Cada uno, un prisionero de un viejo sistema.

Los otros sistemas te oprimen, te detienen, te paralizan. Por eso, cuando Dios quiere usarte, tiene que sacarte y desintoxicarte de esos otros sistemas. A muchos Dios los conecta a un lugar, a una iglesia, para desintoxicarlos, pero lo que pretenden es establecer su sistema en el lugar al que Dios los ha llevado.

Entonces pretendemos ser agentes de transformación trayendo el mismo sistema de nuestras familias, de nuestros gobiernos y de nuestras religiones, a los nuevos lugares donde Dios nos lleva, cuando verdaderamente Dios te lleva a nuevos lugares precisamente para renovarte de tu familia, del gobierno y de la religión.

En la biblia, hubo tres hombres que, siendo prisioneros y esclavos, terminaron siendo líderes, terminaron dirigiendo. Estos fueron: José, Daniel y Pablo. Cada uno, un prisionero de un viejo sistema.

José fue prisionero de un sistema familiar. El sistema familiar fue el que lo llevó al hoyo. Pero, del sistema familiar que lo llevó al hoyo, Dios lo puso a reinar. Daniel fue esclavo de un sistema gubernamental: el sistema babilónico. Y siendo preso y cautivo dentro del sistema gubernamental, Dios lo puso a gobernar aquel sistema.

José, siendo preso de la familia, terminó gobernando la familia. Tú vas a terminar gobernando toda tu familia. José era el número once y terminó gobernando sobre toda su familia, porque Dios te va a sacar para prosperarte a ti, para que tú puedas prosperar a tu familia, para que disfruten de todo lo que Dios ha hecho contigo.

Dios ha preservado tu vida, para preservar la vida de tu familia. Tu familia no sabe que, porque la mano de Dios está sobre ti, ellos son protegidos, son cuidados, guardados. Ese familiar que te critica, que te condena, no sabe que Dios lo ha guardado, y lo ha cuidado de la muerte, para que un día pueda ver todo lo que Dios va a hacer contigo.

José cambió toda su familia. Daniel cambió todo el gobierno. Pablo cambió todo el sistema religioso. ¿Cómo? Siendo capaces de advertirle al mundo lo que pasaría si no obedecían a Dios. José advirtió que vendrían siete años, Daniel advirtió que tenían que servir a Dios, Pablo advirtió (en Hechos 27) que no zarparan, porque lo harían sin la mano de Dios.

Tiene que haber un pueblo que sea una voz de advertencia, no de condenación. Una cosa es condenar, y otra advertir. Pablo iba en el mismo bote que él advirtió que se iba a hundir. Si tú condenas a tu país, tú también te hundes.

Elías secó el cielo, y se le secó el arroyo a él. Porque si tú secas el cielo, se te seca tu arroyo. Y una oración le bastó a Elías para que el cielo se secara, pero después tuvo que orar siete veces para que el cielo se abriera. Por eso tenemos que evitarnos problemas, porque meterse en problemas toma un segundo, pero salir de ellos nos puede tomar toda una vida.

Los que queremos transformar el mundo tenemos que advertir. Y, ¿por qué es importante que hagamos esas advertencias? Porque Dios se nos revela a nosotros. Nosotros somos voces de revelación, no para condenar, sino para advertir.

Es pastor de las iglesias Fuente de Agua Viva en Puerto Rico y Orlando, Florida. Sus mensajes se escuchan a través de Pura Palabra Media, radio, Internet y televisión. Está casado con la Pastora Omayra Font. Actualmente, preside el Concilio de Iglesias Fuente de Agua Viva y Caguas Educational TV, que maneja la estación televisiva NCN Televisión en Puerto Rico y la emisora de radio Estación de la Familia 89.1 en Orlando, FL. Además, maneja varias empresas comerciales de venta directa y bienes raíces. El Pastor Otoniel Font es conocido por su dinámica predicación de la Palabra de Dios. Sus enseñanzas presentan principios básicos de la Palabra con la intención de exhortar y motivar al pueblo de Dios. Sus mensajes han impactado a miles de vidas en Puerto Rico, Estados Unidos y Latinoamérica, por medio de sus servicios semanales, programas de radio y televisión, transmisión a través del Internet, aportaciones a revistas y periódicos, y por sus visitas a diferentes ministerios internacionalmente. Su programa de televisión Generación Victoriosa es transmitido por la cadena Enlace y NCN Televisión llegando a millones de televidentes. Sus programas de radio “Generación Victoriosa Mediodía” por la Estación de la Familia 89.1 y “Alegría para el Alma” por Noti-Uno 630 gozan de gran popularidad entre los radioescuchas.

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