Otoniel Font
El Conflicto es Grande . . . el que Pelea También
¿Has pensado que Dios no va a responder a tu petición? Hay momentos en los que la crisis nos hace desfallecer y perder las fuerzas.
En Daniel 10 se nos narra el momento en que Daniel tuvo una visión. El ángel tocó a Daniel, lo puso sobre de rodillas, y le dijo que se pusiera de pie. Daniel, puesto en pie, estaba temblando. Y el ángel le dijo que desde el momento en que había dispuesto su corazón a entender, y a humillarse en la presencia de Dios, habían sido oídas sus palabras, y que, a causa de sus palabras, él había sido enviado.
Siempre la palabra que tú necesitas va a llegar, por causa de tus palabras. Lo que tú estás pidiendo es lo que provoca que Dios te envíe una palabra que te ponga de pie. Por eso, tienes que creerle a Dios por algo, tienes que pedirle.
Más adelante, dice que Daniel estaba con sus ojos puestos en tierra y enmudecido.
Entonces, Daniel fue tocado, y recibió fuerzas para hablar.
Daniel estaba afligido, desfallecido, y sin fuerzas, porque el conflicto era grande. Y Daniel fue puesto de rodillas, de pie, y fortalecido, por el ángel; pero en ningún momento se nos dice que el ángel le resolvió el conflicto a Daniel.
La fortaleza de los hijos de Dios no viene porque el conflicto se resuelva, viene porque hay una palabra que es más grande, en medio del conflicto.
Daniel en ayuno y oración; la batalla espiritual la estaba peleando Miguel. Lo que tú necesitas hoy es fortaleza, mientras Dios pelea la batalla por ti.
Hay gente que deja al Señor, porque no les resolvió el conflicto. Habemos otros que le servimos, porque en medio del conflicto, él nos dio una palabra que nos puso de rodillas, luego de pie, y luego nos fortaleció.
Tú no necesitas que se resuelva el conflicto. Tú lo que necesitas es una palabra que te ponga de rodillas, luego de pie, y luego te fortalezca.
El conflicto se va a resolver, cuando la visión se complete, porque el conflicto es parte de la visión. Cuando Dios te hace un llamado, conflicto se va a levantar. Y lo que hace falta para que la visión se cumpla es que tú entiendas que aunque el conflicto sea grande, la visión es veraz para tu vida, y que Dios te da fortaleza.
Al tocar a Daniel nuevamente, el ángel se refiere a él como: Muy amado.
A veces, porque el conflicto está en nuestra vida, pensamos que Dios no nos ama. Tú eres muy amado por Dios.
El ángel continúa diciendo: Esfuérzate, y aliéntate. El ángel fortaleció a Daniel, pero el que se tiene que esforzar, y alentarse, es él mismo. El ángel no iba a regresar todas las semanas para fortalecerlo; de ahí en adelante, le correspondería a Daniel esforzarse y alentarse.
Hay quienes piensan que el que llegó hasta Daniel fue el ángel Miguel, pero la escritura establece claramente que Miguel se quedó peleando. Dios fue a fortalecer a Daniel, mientras otros peleaban la batalla espiritual. La batalla espiritual no la estaba peleando
Daniel en ayuno y oración; la batalla espiritual la estaba peleando Miguel.
Lo que tú necesitas hoy es fortaleza, mientras Dios pelea la batalla por ti.
El conflicto es grande, porque el que está peleando la batalla es grande. Cuando el ángel Miguel, la mano derecha de Dios, se tiene que meter en una pelea, es porque la pelea es grande. Y, ¿por qué estaba peleando Miguel? Para que la visión se cumpliera.
Dios no viene a fortalecerte para que tú pelees, sino para que te pongas de pie, te esfuerces y te alientes, para que camines hacia la visión que él ha determinado para tu vida.
Hay un ejército en los cielos peleando la batalla por ti. El conflicto es grande, porque el que pelea la batalla es grande, y él pelea la batalla por ti, y te fortalece, para que se cumpla la visión, porque la visión es grande.