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Marcos Witt

Pasos para Recibir un Milagro 3

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Un milagro no tiene nada que ver con que usted lo merezca o no porque ninguno de nosotros merecemos la gracia ni el favor, ni el amor, ni la misericordia que hemos recibido de parte de Dios.

Todo lo que recibimos de El tiene que ver con los méritos que Cristo Jesús, nuestro Señor, recibió cuando se colgó en la cruz del Calvario por amor a nosotros. Usted tendrá milagros, no porque usted lo merezca sino porque El es grande en misericordia, grande en amor y lo quiere tocar a usted.

Dios mira desde el cielo y ve nuestra condición y la Biblia dice que El es movido a compasión. Así que, ¡claro que usted puede recibir un milagro! Es más, entre más necesitado esté usted, más candidato es para recibir un milagro de parte de Dios. Entre más grande sea su necesidad, más grande será su milagro. Dios hace milagros y El quiere hacer uno en su vida.

He estado hablandole acerca de las instrucciones que Dios le dio al pueblo de Israel Dios para proveerles el milagro que necesitaban. El les dijo ciertas cosas que tenían que hacer de las cuales podemos sacar 5 pasos que son necesarios para recibir un milagro:

Probablemente alguien le ha dicho a usted, “no hay remedio para su hijo, está demasiado perdido en las drogas, en el alcohol, en las gangas, en las pandillas”

1. Despertar la esperanza.
2. Escuchar la palabra de Dios.
3. Aprenda cuando callarse. Quizás usted diga, “ay, ese no me gustó mucho. A mí me gusta hablar”. Hay veces que usted y yo tenemos que aprender a estar quietos. El Salmo 46:10 dice, “estad quietos y conoced que yo soy Dios”. Muchas veces usted y yo tenemos que irnos a encerrar por ahí, cerrar nuestra boca y simplemente dejar que Dios haga el milagro.

Cuando el pueblo de Israel estaba llegando a Jericó, Dios les dijo: yo les voy a entregar la ciudad y les voy a pedir que hagan ciertas cosas pero voy a querer que se me queden calladitos, nadie comente nada. Esténse quietos, no estén hablando. Dios les dijo: quiero que marchen alrededor de la ciudad, y los puso a marchar pero con la condición de que tenían que hacerlo en silencio.

El problema nuestro es que muchas veces comentamos, hablamos u opinamos tanto que la mayoría de esas veces nuestra misma opinión va en contra de lo que habla la palabra de Dios. Muchas veces nuestras opiniones, las opiniones de la comadre, de la vecina, o del compadre, son contrarias a lo que es la voluntad de Dios para nuestras vidas, y por eso es que en esa ocasión Dios le mandó a decir al pueblo de Israel: esténse quietos, no hablen, no digan nada porque yo voy a obrar, yo voy a hacer la obra. Muchas veces usted tiene que callar las opiniones de las personas que están a su alrededor.

Muchas veces esas personas son bien intencionadas, pero el hecho de que tengan buena intención no siempre quiere decir que tengan buena información y la mayoría de veces una mala información con una buena intención, produce una mala reacción. Es por eso que usted y yo necesitamos aprender a escuchar la palabra de Dios, basar nuestras vidas en ella y dejar que Dios obre.

Probablemente alguien le ha dicho a usted, “no hay remedio para su hijo, está demasiado perdido en las drogas, en el alcohol, en las gangas, en las pandillas”. Y quizás usted dice, “ay, pues, de verdad no hay esperanza”. No escuche esas palabras. La Biblia dice que Dios vendrá a tu casa y serás salvo tú y toda tu casa. ¡Crea la palabra de Dios! Por eso es que muchas veces tenemos que guardar silencio y no comentar, no opinar. Es la opinión de nuestro Señor la que debemos escuchar.

Asegúrese que las opiniones que usted escuche tengan fundamento en la palabra de Dios. Por eso usted necesita leer su Biblia todos los días y dejar que las opiniones de Dios sean sus opiniones.

¡Imagínese si el pueblo de Irael hubiera podido comentar mientras le daban vuelta a la ciudad por 7 días! Imagínese a las mamás levantándose temprano, haciéndoles el desayuno a la familia y de repente los hijos le dicen a la mamá, “mamá, ¿quién nos dijo que debemos darle una vuelta?” “Pero mamá, ¿para qué otra vuelta si ayer ya le dimos una? Yo me quiero quedar en la cama”. Imagínese los comentarios de los maridos: oiga, ¿por qué tenemos que darle otra vuelta a esta cosa? ¡Ya le hemos dado vuelta todos los días! ¡Yo me quiero quedar en la cama! Y la esposa, “vámonos viejo, el Señor nos dijo que lo hicieramos”.

Imagínese las conversaciones que pudieron haberse generado mientras daban las vueltas. Ahí estaban todos pero nadie podía decir nada. Imagínese si ellos hubiesen podido decir algo como, “¡yo no entiendo por qué es que tenemos que darle vueltas a esta ciudad! Todo el mandado lo tengo echado a perder, toda la ropa sucia, la lavadora allá toda tirada. Tengo que llegar todas las noches a la casa a hacer todo cansado”. Es que cuando no entendemos lo que Dios está haciendo, empezamos a decir cualquier cantidad de barbaridades. Por eso es que muchas veces el Señor dijo, esténse quietos y véanme como voy a obrar, porque a pesar de su opinión, a pesar de sus comentarios, a pesar de lo que usted piense o crea, Dios está obrando en el silencio. Usted no lo entiende, pero Dios se está moviendo.

Quédese callado y no ande diciendo cosas negativas. El diablo solo sabe de usted, lo que usted dice en voz alta. El diablo no lee pensamientos, el diablo solo escucha palabras y si usted dice, “es que no hay remedio”, el diablo dice, “agghhh, ¡me agarro de esa palabra!” Y por ahí se mete. Por eso no lo diga. Si va a decir algo, diga algo por fe.

Si usted y yo empezamos a analizar, a criticar y a opinar, ahí es donde se va a meter el enemigo, porque el diablo entra cuando le abrimos puertas con nuestras palabras y de ahí se agarra para darle a usted más guerra. No hable, estése quieto y vea como Dios va a moverse. Confíe en que Dios le va a entregar esa ciudad. Recuerde que Dios al principio le prometió al pueblo de Israel que le entregaría la ciudad de Jericó y así lo hizo. De la misma manera Dios le ha entregado a su familia junto con muchas promesas de bendición y prosperidad. Este será el mejor año que usted jamás haya vivido en su vida, este es el año de su favor, de su bendición. Este es el año de la prosperidad de Dios. Simplemente dígale, “Señor, ayúdame a estar quieto y dejar que tú obres”. “Ayúdanos a confiar en ti, a no opinar sino dejar que tú obres a favor nuestro”.

Marcos Witt es un cantante y compositor de música cristiana y pastor estadounidense.Marcos Witt, durante diez años, fue Pastor Hispano en la Iglesia de Lakewood, en la ciudad de Houston. Marcos Witt Junto a John Maxwell, ofrecen conferencias de Liderazgo y Coaching alrededor del mundo. Marcos Witt Tambien ha escrito numerosos libros entre los que se encuentran: Cómo ejercer la verdadera autoridad, Una vida de excelencia, ¿Cómo puedo desarrollar mis talentos?

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