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Juan Carlos Ortiz

Fortificando el Ser Interior

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Todos hemos aprendido que buena higiene, buena dieta y ejercicios diarios ayudan a la salud de nuestro cuerpo físico que al fin y al cabo se va a envejecer y desaparecer.

Pero no todos han aprendido como cultivar la salud del ser interior que es eterno.

Algunos atletas estrellas de cine, políticos y personas de negocio, han llegado a tener cuerpos envidiables, pero por dentro son enfermos, débiles y algunos hasta están corrompidos interiormente.

Caen muy fácil en las tentaciones del dinero, del sexo, de las drogas y de la corrupción. Uno vive según la fortaleza que tiene el ser interior, no el cuerpo. Los apóstoles llamaban carne a la personalidad exterior, perecedera, mortal y a la interior que es eterna le llamaban espíritu.

A las personas que se ocupan más que nada del cuerpo que perece les llamaban carnales y a los que se ocupan del ser interior, el espíritu, les llamaban espirituales. Una persona balanceada es la que cuida ambas cosas. Su cuerpo exterior y su vida interior. Pero el interior es prioritario. Y ese es el trabajo de la Iglesia: fortalecer el ser interior.

LA DEBILIDAD HUMANA

1. Dios hizo al Ser humano con capacidad para vivir una vida balanceada. Experimentar placeres carnales, como una rica comida, suculentos postres, ricas bebidas, vacaciones, pileta de natación, el placer del amor, hijos, aire acondicionado, calefacción, etc. Pero también experimentar placeres espirituales.

Los deseos carnales deben ser controlados por esa fuerza interior de otra manera nos arruinan la vida. Nuestro ser interior esta formado por raciocinio, inteligencia, sentido común y conciencia. Dios nos dejó una lección gráfica muy clara para que comprendamos el balance entre la carne y el espíritu y que es prioridad, este cuadro es la muerte. Cada funeral y tétrico cadáver, nos recuerda como nos paga la carne todo lo que hacemos por ella. «lo que sembramos para nuestra carne, de la carne cosecharemos un cadáver y gusanos que nos coman» Gálatas 6:8.

Algunos viven vidas disipadas satisfaciendo solo la sed de su carne sin pensar en la sed de su espíritu

Yo me he preguntado muchas veces por qué el fin de nuestra historia terrena es tan triste: vejez, enfermedad y al fin, la noticia final: un cáncer, o el corazón que nos falla, la próstata y la muerte. Cada funeral es un llamado a recordar que el cuerpo es temporario, que esta vida terrena se acaba y que tenemos que dar más atención a nuestro ser interior, que es eterno.

Algunos viven vidas disipadas satisfaciendo solo la sed de su carne sin pensar en la sed de su espíritu. Se olvidan que el ser interior es eterno y necesita relación con «Padre de los espíritus» Hebreos 12:9. Si no le has dado importancia a tu ser interior y su sed de conectarse con Dios, hazlo hoy mismo. Para eso Dios estableció su Iglesia.

2. Pero quiero hablar a los creyentes que asisten a la Iglesia con motivos equivocados, a pedirle a Dios que nos otorgue los deseos carnales en vez de venir a fortalecer nuestro ser interior. Muchos venimos a la Iglesia con intereses terrenales y temporales: Tener mejor suerte, que Dios nos ayude en el matrimonio, con los hijos, en los negocios, la salud, etc.

Pero en conocer a Dios no hemos llegado a ningún lado. Nos ofendemos por cualquier cosa, murmuramos, criticamos, no obedecemos a los pastores, cuando enfrentamos una desgracia perdemos la fe, si nos va mal en las finanzas nos desalentamos, si nos enfermamos nos turbamos, si perdemos el trabajo nos desesperamos, si perdemos un amigo, nos deprimimos, si nuestro cónyuge nos abandona nos paralizamos. ¡Cuán débiles somos interiormente, que poca influencia tiene el ser interior sobre nuestra personalidad! Somos meramente carnales.

3. ¡Y qué diré de las tentaciones del cuerpo! La gula, el alcohol, la pornografía, el hambre de ver, oír, oler, gustar y tocar más allá de lo correcto y permisible. Miramos películas de horror, de violencia, donde corre sangre, donde hay torturas, de sexo e historias impías. Cedemos a las tentaciones sin pensarlo dos veces. La conciencia, que es la voz del ser interior se debilitó hasta el punto que no nos habla más y quedamos a la deriva en nuestros deseos carnales.

Eso pasa a muchos creyentes que van a la Iglesia y asisten a estudios bíblicos. Sabemos de políticos importantes, hijos de pastores, que asisten a estudios bíblicos, van a la Iglesia con la Biblia en la mano cada domingo pero no han cultivado el ser interior y por eso cayeron esclavizados por los apetitos de la carne Gálatas 6:7-10. Hace falta una conversión radical. Solo una decisión firme y un poder más fuerte que nosotros puede cambiarnos.

B. LA GRACIA DIVINA

1. El Creador y Padre de todo el Universo galáctico posee riquezas gloriosas y quiere fortalecer nuestro ser interior dándonos el poder de su Espíritu Efesios 3:14-16.

Abramos los ojos de nuestro ser interior, percibamos nuestra necesidad interior, decidamos ser espirituales y descubriremos las riquezas que Dios ha puesto a nuestro alcance, sí, dentro de nosotros desde qué Él nos llamó. Experimentaremos la supereminente grandeza de su poder, el mismo poder que levantó a Cristo de los muertos, este poder está disponible para nosotros los que creemos en él Efesios 1:16-20.

2. La mayoría de los creyentes no cultivan su ser interior.

Los cultos son más bien utilitarios, venimos para que nos vaya mejor en la vida de este mundo, que nos prospere, sane, nos vaya bien en el matrimonio, oramos por un mejor trabajo, pero muy pocos pide de conocerle más. Las necesidades de esta vida serán suplicas automáticamente si primero cultivamos nuestro ser interior. »

Buscad primero el Reino de Dios y todas las demás cosas os serán añadidas» Mateo 6:33. !Nosotros ponemos los caballos detrás del carro! Con fortaleza espiritual podemos ser felices aún en medio de las pruebas, porque nuestros valores serían los valores espirituales, eternos y divinos.

Pensaríamos como piensa Dios y no como piensa la persona carnal común. Tendríamos el punta de vista de Dios y no el nuestro. Buscaríamos las cosas de arriba, no las de la tierra Colosenses 3:1-3.

3. Para que nuestro ser interior sea fortalecido, debemos conectarnos con la fuente divina de poder.

Jesús nos instruye: «Yo soy la vid, vosotros las ramas… permaneced en mí y yo en vosotros…. Desconectados de mí, no podéis hacer nada» Juan 15:1-5. Esto es conexión. Él nos prometió poder Hechos 1:8. Conectados a Cristo tenemos la fuerza necesaria para confrontar todas las vicisitudes y contingencias de la vida con éxito Filipenses 4:13.

4. A esta conexión algunos le llaman oración.

Yo no le llamo así porque la palabra oración se ha poluído, siendo utilizada más que nada para pedir cosas para esta vida, que para mantenerse conectado con la Vid, ser nutridos, fortalecidos, brotar, dar hojas verdes, flores y fruta, no apestarnos, ni secarnos, para ser personas fuertes y lindas de afuera, porque somos fuertes y lindos por dentro.

Esta conexión es más que orar. Es Contemplar, meditar, visualizar, beberlo y comerlo. Jesús dijo: «Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre.» Juan 6:51. «El que come la carne del hijo de Dios y bebe su sangre, tiene vida eterna y yo le resucitaré en el día final» Juan 6:54. Jesús mismo pasaba largas oras, noches enteras, conectado con su Padre.

Los Apóstoles nos hablan de «orar sin cesar» 1 Tesalonicenses 5:17. No una oración utilitaria, comercial, para lograr algo, sino un continuo contacto vital y amoroso de nuestro ser interior con el corazón de Dios, como la vid y las ramas. No para hacerle una lista de pedidos, sino para recibir vida y ser fuertes espiritualmente, para tener su mente y su voluntad. Yo creo que hay gasolina en la estación de servicio, pero debo conectar mi tanque con ese surtidor.

5. Para beneficio y salud de nuestro cuerpo

Dormimos 8 horas del día, vamos al gimnasio una o dos horas, salimos a caminar media hora, practicamos deportes, usamos varias horas para cocinar y comer, separamos varias semanas para vacaciones, gastamos dinero en cremas, colonias, peluquería, médico, seguros de vida, ropas lindas y cómodas, automóviles, aire acondicionado, vamos a esquiar, en fin, la cuenta es larga.

¿Cuánto tiempo usamos para cultivar nuestra conexión con Dios? Los creyentes del primer siglo, cuando decían «vamos a orar», no era una oración de algunos minutos 1 Corintios 7:3-5. Nosotros amamos la orquesta, el órgano, el coro, los solistas el pastor, pero ¿cuánto amamos el tiempo a solas conectados con Dios mismo, fortaleciendo nuestra persona interior? Debemos buscar la forma de cultivar esta unión de la rama a la Vid, para poder estar sanos y llevar fruto.

C. LOS RESULTADOS

1. San Juan le escribió a un grupo de discípulos: «Os escribo a vosotros jóvenes, porque sois fuertes, la palabra de Dios mora en vosotros y habéis vencido al maligno» 1 Juan 2:14. Tres cosas que indican que habían logrado»fortalecer el hombre interior por su Espíritu Santo» Efesios 2:16.

Es precisamente para esto que Jesús viene a morar en nuestra vida, ¡Para hacernos fuertes, que more en nosotros su Palabra y que podamos vencer al maligno! Y digamos: «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece», «¿Qué nos apartará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Antes en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó» Romanos 8:35-37.

2. Debemos reconocer su presencia en nosotros y tener una fe firme en ella. La oración no es para cargar una pila o batería, sino para estar conectado directamente con la central de poder. Estar conectados es experimentar la promesa de Jesús «El Espíritu Santo os guiará a toda verdad y os enseñará todas las cosas» Juan 14:16; 16:3. Estar conectados es «vivir por el Espíritu y andar también por el Espíritu» Gálatas 5:25. Esta conexión hará que lo adverso, en vez de debilitarnos, ¡nos fortalezca! Santiago 1:2-4.

3. El que está conectado llega a tener la mente de un Dios que «llama las cosas que no existen como si existieran» Romanos 4:17. El conectado mira un cementerio y lo ve resucitado Ezequiel 37:1-8. Mira un cáncer y ve la eternidad gloriosa y el cosmos entero para conocer 2 Corintios 4:14, 16-18. Es esa fortaleza interior que hizo a Esteban orar por los que lo estaban lapidando Hechos 7:59-60, y permitía a los mártires entregarse al escarnio y la muerte.

Es esa fuerza interior que hizo a Pablo conformarse con las continuas bofetadas de Satanás y que le sea suficiente conocerlo a Dios. Es esa fuerza interior que le permitió gloriarse en su debilidad 2 Corintios 12:9. Es esa fortaleza interior que les hacía cantar en la Cárcel Hechos 16:23-25. Cultivando nuestro ser interior cambiamos la debilidad en fortaleza.

D. COMO LOGRARLO

1. Quien desea fortalecer su ser interior, tiene una pléyade de medios:

a. La iglesia con todos sus ministerios: la predicación, música, oraciones, clases, grupos de apoyo, estudios bíblicos, grupos de amistad y de oración, etc.

b. Las Escrituras sagradas, comida para el ser interior.

c. Los escritos de los santos, místicos, escritores espirituales con una teología completa, que no suple solamente las necesidades de la parte humana y pasajera sino también la divina y eterna.

d. Pero sobre todo, la conexión directa con Dios. Contemplarlo, meditarlo, visualizarlo, dedicando periódicamente un tiempo y un lugar para estar solo con él, Biblia, cuaderno y lápiz mano.

e. También nos fortalecerá interiormente observar todo lo que nos rodea, acciones, alegrías, tristezas y noticias preguntándole a Dios cual es su punto de vista, que piensa él de esa película, de ese libro, de esas noticias.

El prometió enseñarnos todas las cosas. Yo escucho las quejas de la gente y las mías y luego me pongo del lado de Dios para procurar ver como lo ve Él. Job, Pedro y Pablo y quizás cuantos más, Satanás los pidió para zarandearlos y Dios se lo permitió para perfeccionarlos y mejorarlos.

ORACIÓN: Señor, tú eres la fuente de toda fortaleza, tu eres nuestra roca y escudo. Tu eres el ancla que tenemos anclada en el corazón del Padre. Tú moras con nosotros y en nosotros. Tú dependes de que creamos lo que tú nos dices y actuemos.

Vamos a utilizar los recursos que nos ofrece la Iglesia para fortalecer nuestro ser interior, y vamos a ser más devotos a Ti. Dedicándote más tiempo y un lugar para estar a solas contigo y mantenernos conectados continuamente, sin cesar. Amén

Juan Carlos Ortiz se ha graduado en 1954 en el Instituto Río de La Plata en Buenos Aires, Argentina. Es un predicador que con sencilles explica las escrituras. Sus predicas como sus libros son altamente requeridos en todo el mundo. El ha tomado numerosos cursos en todo el mundo. Durante dos años realizó estudios teológicos intensos y fue examinado por los teólogos de la Iglesia Evangélica Presbiteriana en los Estados Unidos y más tarde por los teólogos de la Iglesia Reformada de América, donde fue ordenado como un Reformador Minister. In 1989 el Dr. Ortiz fue concedida Doctor Honoris Causa por la Escuela de Graduados de Teología de California Dr. Juan Carlos Ortiz es Pastor Principal emérito de la Catedral de Cristal en Garden Grove, California. En 1956 fue ordenado Pastor en la Asambleas cristiana de la Argentina. Su vasta experiencia en grupos de discipulado pequeños lo ha llevado a convenciones, congresos, universidades, seminarios e iglesias en cinco Continents. El ha sido profesor en el Instituto Bíblico Río de la Plata, en Argentina y profesor en la Escuela Robert Schuller de la Predicación, que operaba en el campus de la Catedral de Cristal y de la Universidad de Pastores en Los Ángeles. Él también sigue aceptando algunas de las muchas invitaciones de todo el mundo y de los EE.UU. para enseñar en las conferencias y seminarios de diferentes denominaciones. Por cinco años, el Dr. Ortiz produjo la serie de televisión, La Hora de Poder, que fue transmitido en doce países de América Latina.

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