Los creyentes no se dan cuenta del gran poder que tiene el testimonio de una persona. Es un arma poderosa contra el enemigo, que si la sabemos usar correctamente, puede ganar muchas almas para Cristo.
¿Qué es el testimonio?
El testimonio es una experiencia propia de lo que Jesús hizo en nuestra vida. Uno de los efectos que produce el testimonio personal en otros, es el estímulo de la fe y la esperanza. El testimonio les da convicción de decir: “Si Dios lo hizo por otro, lo puede hacer por mí”.
¿Cuáles son los pasos para compartir su testimonio?
1. Describa brevemente su trasfondo. Explique quién era usted, qué hacía, cómo se sentía y cuál era su condición. Por ejemplo: “Yo soy un contador y antes hacía muchos fraudes; además, me sentía solo, usaba drogas y abusaba de mi familia”.
Uno de los efectos que produce el testimonio personal en otros, es el estímulo de la fe y la esperanza.
2. Describa los eventos que lo guiaron a la salvación.
· ¿Qué sucedió en su vida que le llevó a buscar de Dios?
· ¿Cuál era su condición espiritual en ese momento?
· ¿Cómo se dio cuenta de que necesitaba de Dios? Usted puede dar un ejemplo como éste:
· “Una de las cosas que me llevó a buscar a Dios, fue que lo había tratado todo y nada me había funcionado”.
· “Mi matrimonio estaba destruido y sentí la necesidad de buscar a Dios”.
· “Yo me sentía solo, vacío y con necesidad de acercarme a Jesús”.
3. Describa la experiencia de su salvación.
· ¿Cómo conoció al Señor?
· ¿Dónde lo conoció?
· ¿Quién le predicó?
· ¿Qué sucedió en el preciso momento en que le entregó su corazón al Señor?
Puede usar un ejemplo como éste:
“En el momento que hice la oración en el altar, sentí que un peso fue quitado de mí, y vino paz a mi corazón”
4. Hable de las evidencias de su cambio
. Sea específico, hable de su caminar con el Señor y de lo que Jesús significa para usted. Puede usar ejemplos como éstos, dependiendo de cuál sea su verdadera experiencia: · “Yo era una persona mentirosa, pero ahora ya no digo más mentiras”.
· “Antes de conocer al Señor, fumaba, usaba drogas, pero ahora no lo hago más”.
· “Antes abusaba de mi familia, pero ahora les doy mucho amor”.
· “Yo tenía mucha falta de perdón y amargura, pero con el amor de Jesús pude perdonar a todos los que me hicieron daño”
Finalmente, puede mencionar que su caminar con Jesús ha sido maravilloso, que aún tiene sus luchas, pero que el Señor le da la fuerza y la fortaleza para seguir adelante.
Diga, también, que Jesús es primero en su vida y que usted lo ama con todo su corazón, y que eso mismo que Él hizo por usted, lo puede hacer por todo aquel que le acepte en el corazón.