Acaba de culminar el mes de la mujer y es donde muchos se esfuerzan por expresar su afecto a aquellas mujeres que han marcado sus vidas. Aunque en muchas naciones las mujeres son relegadas a un segundo plano, Jesucristo nos dio el mejor ejemplo pues él se esforzó por dignificar a la mujer.
El rey Salomón escribió acerca de la mujer virtuosa y presenta las características de lo que en sí debe tener la mujer correcta, la mujer ideal, tal como se describe en Proverbios 31:10-31. Puedo decir que el éxito del matrimonio depende de la mujer. Cuando dos personas unen sus vidas en lealtad mutua y basan su relación en el temor a Dios y en obediencia a la Palabra, establecen el fundamento que les llevará a la prosperidad.
Aunque algunos hombres hayan tenido dificultades dentro del matrimonio, en mi caso ha sido completamente diferente, pues creo que nuestro matrimonio fue planeado en el cielo, y aunque llevamos más de treinta y tres años de matrimonio, puedo decir que el Señor me dio más de lo que esperaba o merecía. Salomón dijo que la mujer prudente es dada por el Señor. Proverbios 19:14.
Es parte de nuestro testimonio, mi vida prácticamente dio un viraje y fue en el momento en que me casé; cuando contraje matrimonio; me casé con una jovencita de 16 años. En ese momento yo tenía 23 años; di ese paso porque yo no quería una mujer que llevará «mucho kilometraje».
La mujer virtuosa es de un valor incalculable y desde el primer momento en que decidimos casarnos establecimos parámetros y uno de ellos fue trabajar en equipo
No quería una mujer que hubiera pasado por montañas, valles, que hubiese atravesado océanos y que conociera mucho de la vida. Quería una mujer que tuviese un corazón puro y sano. Cuando uno es joven muchas veces escoge no por la dirección de Dios sino por la atracción física. Gracias a Dios que yo conocí al Señor a una temprana edad y esto me ayudó a elegir correctamente.
A mi me habían profetizado de una mujer que iba a ser mi esposa y si yo hubiera creído en esa profecía mi vida se habría destruido porque esa persona tenía espíritu de prostitución. A veces antes de que llegue la persona correcta se presenta la incorrecta, pero desde el mismo instante que conocí a Claudia tuve la plena certeza de que ella era la mujer ideal para mi y desde el momento en que nos casamos empezamos a fundamentar nuestro matrimonio en principios y valores, para que este perdurara para siempre.
La mujer virtuosa es de un valor incalculable y desde el primer momento en que decidimos casarnos establecimos parámetros y uno de ellos fue trabajar en equipo; cosa que hasta el día de hoy hacemos. La mujer virtuosa es una mujer que siempre inspira confianza y puedo decir que Claudia siempre ha creído en cada palabra que le he dicho porque ella sabe que ambos somos guiados por el Señor y por lo que Él dice en su Palabra.
La mujer virtuosa le da al esposo bien y no mal todos los días de su vida. Ella es como un río inagotable de bendición, que trae paz, armonía, provisión y abundancia. Ella con sus palabras tiene la habilidad de animar no sólo a su cónyuge sino a sus hijos y a las personas que la rodean.
Ella es como nave de mercader; trae su pan de lejos. En la época de Salomón, todo el comercio se realizaba a través de barcos y los mercaderes se equipaban de las cosas más preciosas, lo mejor, lo más confortable y lujoso, llenaban los barcos de lo más preciado y traspasaban los océanos.
Salomón dice de la mujer virtuosa lo siguiente: es una nave llena de las cosas más extraordinarias. Y eso es lo que ha representado mi esposa no solo para mi sino para toda nuestra familia. Que el Señor bendiga a las mujeres y que Él les conceda los deseos de sus corazones.