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Cash Luna

La Bendicion de Abraham

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1ra. Timoteo 5: 7-9 dice: Manda también estas cosas, para que sean irreprensibles; porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo. Sea puesta en la lista sólo la viuda no menor de sesenta años, que haya sido esposa de un solo marido.

La Palabra asocia la provisión para los tuyos con la fe. Una forma de negarla es no proveer a tu familia. Nuestra fe de hijos de Dios, nacidos de nuevo y nuestro testimonio están vinculados a la acción de dar. Por eso es tan importante que tengas un corazón generoso. El versículo sobre la viuda nos enseña que hay condiciones especiales para poder recibir.

Si eres cristiano y despilfarras fuera de tu casa, eres peor que un incrédulo y apóstata. Cuando les das a los tuyos, practicas uno de los principios más importantes de la vida cristiana. Así que Dios desea prosperarte para que tengas forma de manifestar tu fe. Háblale y dile que crees en Su provisión para poder bendecir a otros. Esfuérzate y sé valiente, no temas ni desmayes porque Dios está contigo.

Este principio es edificante ya que la bendición económica de Dios es necesaria en todo momento. Si eres joven o ya tienes familia, honra al Señor a través de la provisión a los tuyos y demuestra que eres creyente.

La Palabra promete larga y buena vida a quienes honran económicamente a sus padres. Si quieres bendición para tus hijos, enséñales a darte con amor. Mi familia sabe que debe darle a Dios, a los padres y a los necesitados. Hace dos años buscábamos un carro para que mi hijo fuera a la universidad.

Entonces él me dijo que tomara la mitad del dinero para sembrarlo en Ciudad de Dios y que la otra mitad me la quedara como una ofrenda de honra que me daba como papá y pastor. Su cosecha fue recibir el carro que deseaba como un regalo especial.

Cuando tu presupuesto se fundamenta en dar, en el cielo tendrás un presupuesto para recibir. En nuestros padres reside una bendición que se activa cuando los honramos con nuestros bienes.

Lo que Abraham hizo no estaba escrito, no era una orden ni ley. La diferencia entre un hombre de Dios y uno del mundo es que honra y bendice sin que lo obliguen. Busca ser un hombre santo que prosperará para compartir

Recuerda que dar es importante y al ofrendar abundantemente, cosechas para tener y hacer buenas obras. Ese es el gran sentido de la economía bíblica que busca prosperidad para tu vida. Entiéndelo, Él te prospera para que puedas dar a otros. Si sueñas con dar algo a tus padres, El Señor te bendecirá para que puedas hacerlo.

No menosprecies la bendición. Si el amor al dinero provoca tantos males, significa que utilizarlo con bondad provoca bendiciones. La economía es un aspecto más de la vida en santidad.

Recuperar para ti y para otros

Génesis 12:2-3 recuerda: Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.

Abram era una fuente de bendición. Todos debemos bendecir si queremos recibir lo mismo. Dar es el punto de contacto para recibir. Ahorra para tu futuro y también para el de tus padres, comparte lo que recibes.

Génesis 14: 14 cuenta: Oyó Abram que su pariente estaba prisionero, y armó a sus criados, los nacidos en su casa, trescientos dieciocho, y los siguió hasta Dan.

Cuando invadieron Sodoma y Gomorra, Lot fue hecho esclavo. Entonces Abram se preparó para rescatarlo. Nota que era un hombre próspero porque la Biblia habla de los sirvientes que tenía y ningún hombre pobre tiene esa cantidad de gente a su disposición. Nadie con dificultades económicas puede ayudar a otros, por eso Dios quiere prosperarte. Con mi madre siempre recordamos los sueños de abundancia que yo tenía para ella porque la veía luchar sola por darme lo que necesitaba. Ahora damos gracias al Señor porque he podido bendecirla abundantemente no sólo en el área financiera sino con una familia amorosa que me ha permitido hacerlo. Mi esposa Sonia siempre facilitó las cosas porque sabe que debemos honrar a nuestros padres.

Génesis 14:16 continúa: Y recobró todos los bienes, y también a Lot su pariente y sus bienes, y a las mujeres y demás gente.

Todos podemos ser instrumentos del Señor para recuperar a quienes se han perdido. Dios te bendecirá si estás dispuesto a trabajar para Él.

Génesis 14:17-23 culmina: Cuando volvía de la derrota de Quedorlaomer y de los reyes que con él estaban, salió el rey de Sodoma a recibirlo al valle de Save, que es el Valle del Rey.

Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino; y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra; y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram los diezmos de todo. Entonces el rey de Sodoma dijo a Abram: Dame las personas, y toma para ti los bienes. Y respondió Abram al rey de Sodoma: He alzado mi mano a Jehová Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra, que desde un hilo hasta una correa de calzado, nada tomaré de todo lo que es tuyo, para que no digas: Yo enriquecí a Abram.

El Señor es maravillo porque de muchas formas intenta decirnos que anhela rescatar nuestras almas, nuestro cuerpo y también todo lo que hemos perdido. Reacciona y entiéndelo de una vez por todas. Acepta el reto, busca Su presencia y con fe esfuérzate por recuperar lo que te pertenece.

En esta Palabra inicia una revelación muy grande que luego culmina en el Nuevo Testamento. El proceso fue así: Abram rescató a los cautivos y sus bienes. Melquisedec se le aparece y recibe el diezmo de lo recuperado, entonces lo bendice. Al final el rey de Sodoma quiere recompensarlo pero él dice que sólo Dios puede hacerlo.

Lo mismo sucede ahora, cada vez que entregas tus diezmos, recibes bendición y si no lo haces es porque no tienes fe en la prosperidad que Dios desea darte. Imita a Abram y proclama que es Dios el único que puede proveerte.

Salmo 110: 4 afirma: Juró Jehová, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre. Según el orden de Melquisedec.

Melquisedec aparece de nuevo en este salmo de bendición que promete un sacerdote eterno. Hay una verdad gloriosa en el diezmo que das. El beneficio es para ti no para la iglesia.

Sumo Sacerdote eterno

Hebreos: 6:20 dice: donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.

Jesús muere y derrama Su sangre para entrar al Lugar Santo. Él es Melquisedec, sacerdote anterior a la ley dada a Moisés en el Sinaí. Es glorioso descubrir que Jesús es nuestro sacerdote por fe no por ley y que Abram nos enseña a honrar a Dios con nuestros diezmos en una época bíblica temprana.

Hebreos 7: 1-4 aclara: Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo, a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz; sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre. Considerad, pues, cuán grande era éste, a quien aun Abraham el patriarca dio diezmos del botín.

Proclámalo con todas tus fuerzas: Melquisedec está vivo y es nuestro Señor. Abraham honró al Rey de paz que no nació ni murió porque es eterno y glorioso por cuanto hace de nuestros diezmos una ofrenda santa.

Lo que Abraham hizo no estaba escrito, no era una orden ni ley. La diferencia entre un hombre de Dios y uno del mundo es que honra y bendice sin que lo obliguen. Busca ser un hombre santo que prosperará para compartir.

Hebreos: 7: 11-17 nos instruye: Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él recibió el pueblo la ley), ¿qué necesidad habría aún de que se levantase otro sacerdote, según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón? Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley; y aquel de quien se dice esto, es de otra tribu, de la cual nadie sirvió al altar. Porque manifiesto es que nuestro Señor vino de la tribu de Judá, de la cual nada habló Moisés tocante al sacerdocio. Y esto es aun más manifiesto, si a semejanza de Melquisedec se levanta un sacerdote distinto, no constituido conforme a la ley del mandamiento acerca de la descendencia, sino según el poder de una vida indestructible. Pues se da testimonio de él: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec.

Somos salvos por gracia no por ley, de lo contrario tendríamos que ser judíos para recibir la salvación. En aquellos tiempos los sacerdotes debían ser de la tribu de Leví. Entonces Jesús que era de la tribu de Judá no podía serlo, pero lo es por gracia.

Hebreos 7: 22- 28 culmina: Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto. Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte no podían continuar; mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre.

La Palabra es clara en su mensaje. Somos privilegiados al tener un sacerdote eterno e inmutable que está por encima de cualquier limitación humana.

Presentar ofrendas ante el Trono

Hebreos 8:1-3 proclama: Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos, ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre. Porque todo sumo sacerdote está constituido para presentar ofrendas y sacrificios; por lo cual es necesario que también éste tenga algo que ofrecer.

Lo glorioso no es el diezmo sino a quien lo damos. Sin sacerdote no hay sacrificio, pero nosotros tenemos al Sumo Sacerdote eterno que presentó Su sangre como ofrenda ante el altar para que podamos acercarnos y presentar la nuestra. Así que el diezmo continúa porque Él sirve la copa eternamente y debemos hacerlo hasta que venga por nosotros.

Imagina el encuentro de Abraham con Melquisedec y visualiza esa bendición. Cuando ofrendas y diezmas debes estar consciente de lo que haces porque es un encuentro íntimo con el Señor. No rechaces la oportunidad ni envíes a otro que lo haga por ti. Tú puedes recibir la misma bendición que recibió Abraham, porque tienes la misma fe y honras al Señor con el mismo diezmo.

Adora a Melquisedec que es Jesús y ofrenda con el impulso de tu fe y confianza en Él. Pídele que tome tus diezmos y los santifique frente al altar del Padre. Dale gracias al Sumo Sacerdote porque te da la posibilidad de recibir bendición.

Cash Luna es Licenciado en Administración de Sistemas de Información. Asimismo Cash Luna es Doctor en Ministerios Pastorales por California Christian University de Estados Unidos. Cash Luna es el fundador y pastor general de la iglesia Casa de Dios en Guatemala. El Ministerio del Pastor Cash Luna organiza las reuniones masivas de milagros, Noches de Gloria en diferentes ciudades de América. El pastor Cash Luna es autor del libro En honor al Espíritu Santo que en pocos meses se constituyó como best seller internacional

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