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Adrian Rogers

La Escalera de la Tentacion

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¿Dónde es tentado usted? Usted sólo puede ser tentado en tres áreas, pues eso es todo lo que hay. ¿Sabe usted de qué está hecha su naturaleza? De espíritu, alma y cuerpo.

Y si usted es tentado tendrá que ser tentado en el cuerpo, el alma o el espíritu.

En 1 Tesalonicenses 5:23, el apóstol Pablo dice: «Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; que todo vuestro ser -tanto espíritu, como alma y cuerpo- sea guardado sin mancha en la venida de nuestro Señor Jesucristo». Este versículo habla de la esencia de la naturaleza, espíritu, alma y cuerpo. Pero ¿qué significa espíritu, alma y cuerpo?

Dios es un Dios trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Nosotros somos hechos a su imagen, y somos una unidad de tres partes en nuestra propia naturaleza, sólo una débil representación de la trinidad del Dios omnipotente.

El primer peldaño de la tentación es el cuerpo

El cuerpo es la primera parte de su naturaleza que es tentada. El cuerpo es el más obvio porque usted puede verlo. El cuerpo es simplemente como un traje espacial que usamos para poder vivir en este planeta.

La Biblia llama a ese cuerpo nuestra morada terrenal. Nosotros vivimos en un cuerpo. Sus apetitos corporales pueden ser un peldaño para la tentación.

El segundo peldaño de la tentación es el alma

Dentro de su cuerpo hay un alma. La palabra griega para «alma» es psuche.

Cuando la palabra se españoliza, queda psíquico, psiquiatría y psicología. Su alma es su parte psicológica, su mente, sus emociones y su voluntad. El alma es lo que lo hace ser esa maravillosa persona que es. Es su sentido del humor, su intelecto, su gusto, su idiosincrasia. Otra palabra para alma es ego o yo. El alma o el ego es otro peldaño de la
tentación.

El espíritu y el alma son indivisibles, pero no son idénticos. El espíritu del hombre es lo que lo hace diferente de todas las demás criaturas.

El tercer peldaño de la tentación es el espíritu

Y, ¿qué de su espíritu? Por mucho tiempo, cuando yo era un joven cristiano, pensaba que el alma y el espíritu eran básicamente lo mismo, la parte invisible de nosotros. Pero la Biblia hace diferencia entre el alma y el espíritu. Recuerde 1 Tesalonicenses 5:23: «…todo vuestro ser -tanto espíritu, como alma y cuerpo- sea guardado sin mancha en la venida de nuestro Señor Jesucristo». En Hebreos 4:12 leemos: «Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más penetrante que toda espada de dos filos. Penetra hasta partir el alma y el espíritu…». Ahí se hace una distinción.

¿Qué es el espíritu? El espíritu se parece mucho al alma en el sentido de que es invisible. El espíritu y el alma son indivisibles, pero no son idénticos. El espíritu del hombre es lo que lo hace diferente de todas las demás criaturas.

Ninguna de las otras criaturas tiene espíritu, sólo el hombre. Porque somos hechos a imagen de Dios, y Dios es espíritu. «Dios es Espíritu; y es necesario que los que le adoran, le adoren en espíritu y en verdad» (Juan 4:24). Cuando llegamos a ser salvos, «El Espíritu mismo da testimonio juntamente con nuestro espíritu de que somos hijos de Dios» (Romanos 8:16). El espíritu es esa parte de su naturaleza que puede conocer a Dios, que puede tener comunión y compañerismo con Dios.

Entendiendo el cuerpo, el alma y el espíritu

• Con mi cuerpo, tengo vida física y conozco el mundo que está bajo mis pies.
• Con mi alma, tengo vida psicológica y conozco el mundo alrededor y dentro de mí.
• Con mi espíritu tengo vida espiritual y conozco el mundo que está sobre mí.

Las plantas tienen cuerpo, pero no espíritu ni alma. Los animales tienen cuerpo y alma (la vida consciente), pero no espíritu; y no pueden comunicarse con Dios, orar, concebir la eternidad, ni ser redimidos por el precioso amor de Jesucristo. Sólo el hombre tiene espíritu. Yo fui hecho para conocer tres mundos: el físico, el psicológico y el espiritual. El mundo que está bajo mis pies, el mundo que está dentro y alrededor de mí y el mundo que está sobre mí.

Saludable, feliz y santo

Cuando mi cuerpo está bien, yo estoy saludable, y cuando mi alma está bien, yo estoy contento. Cuando mi espíritu está bien, yo soy santo. Así es como Dios quiso que el hombre estuviera. Así era Adán cuando salió de la línea de ensambladura. Tenía un cuerpo saludable, estaba feliz en su alma y era santo en su espíritu. Era una persona completa.

Muchas personas que conozco están enfermas, son infelices o están apartadas de Dios. No funcionan bien porque no viven para lo que Dios las creó. Eso es lo que el pecado ha hecho a la raza humana. Cuando el diablo viene a tentar, ¿cómo lo hace? En el cuerpo, el alma o el espíritu. Esas son las únicas áreas donde usted puede ser tentado porque eso es todo lo que hay en usted.

Usted dice: «Bien, eso es interesante, pero ¿de qué manera el hecho de saberlo me va a ayudar a sobreponerme a la tentación?». Preste atención porque voy a mostrarle cómo es que esto es algo práctico y no sólo teórico. C. C. Mitchell señaló con sabiduría que hay un ataque triple en la vida espiritual. Estoy agradecido por esa perspectiva.

El mundo ataca el alma

Recuerde, usted tiene tres enemigos: el mundo, la carne y el diablo. Encontrará que cada uno de esos enemigos lo atacará en una parte de su naturaleza. El mundo lo atacará sobre todo en el alma. ¿Qué es el alma? El ego, el yo, la mente, las emociones y la voluntad. Un cristiano mundano es simplemente una persona cuya mente, emociones y voluntad han sido acopladas a los patrones del mundo.

En la Biblia hubo un gran hombre llamado Abram, que tenía un sobrino llamado Lot; ambos vivían en la tierra de Canaán. Los dos eran adinerados, y tenían todo tipo de rebaños y ganado; pero la tierra no era suficiente para que habitaran juntos. «Entonces surgió una contienda entre los pastores de Abram y los pastores de Lot… (Génesis 13:7).

Entonces Abram le dijo a su sobrino: «Por favor, no haya contiendas entre tú y yo, ni entre mis pastores y tus pastores, porque somos parientes. ¿No está delante de ti toda la tierra? Sepárate, pues, de mí. Si tú vas a la izquierda, yo iré a la derecha; y si tú vas a la derecha, yo iré a la izquierda» (Génesis 13:8,9). La Biblia dice que Lot escogió las llanuras bien regadas de Sodoma donde el césped era alto, verde y suculento.

Cuando Lot descendió a Sodoma, se metió en toda clase de problemas porque Sodoma era una ciudad perversa, vil, horrible. Pero ¿por qué descendió a Sodoma? Él no fue allá porque era una ciudad vil, o por su perversión sexual. La razón fue porque había buenos pastos, y él quería tener allí sus rebaños y su ganado.

¿Por qué? Él no necesitaba más riqueza. Cuando un hombre obtiene cierta cantidad de riquezas, no necesita nada más. Aun Bill Gates no puede usar más de un par de zapatos a la vez, ni dormir en más de una cama a la vez. Cuando los hombres llegan a ese punto, no están ganando dinero, sino llevando la cuenta. Es más egolatría que otra cosa.

Lo que Lot quería era ser el hacendado más grande de toda Canaán. Quería ser el rey de la colina. El mundo estaba atacando su ego, el alma. Era como muchos hombres de hoy en día. Muchos afirman confiar en Dios, pero sus actos demuestran cuán egocéntricos son.

Adrian Rogers nació en West Palm Beach, Florida, y decidió ingresar al ministerio cristiano a la edad de 19 años. Fue ordenado por la Iglesia Bautista de Northwood en West Palm Beach. En 1972 Adrian Rogers llegó a ocupar cargos de relevancia en la Iglesia bautista de Bellevue en Memphis, donde permaneció hasta marzo de 2005. El Pastor Adrian Rogers publicó 18 libros y grabó programas de radio y televisión llamados El amor que vale (en inglés Love Worth finding). Estos programas se han emitido en inglés y español.

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