El verso 12 nos dice que la mujer había llegado al final y se preparaba para morir.
Cuando usted sale al ministerio ycomienza ahablarle a alguiensobre elamor de Dios, puede que le digan: "Sí, pero tengo una enfermedad terminal".
Uno siente como si el corazón se le cayera a los pies, y se pregunta: ¿Cómo levoy a hablara estapersona?
Debemos sacar fuerzas de flaqueza. Necesitamos pedirle a Dios que nos dé su fuerza, porque el evangelio no es temporal sino eterno, y puede cambiar completamente el futuro de una persona para toda la eternidad. ¡Tenga el valor de orar y pedir sanidad!
Tenemos muchos testimonios increíbles de curaciones en nuestra congregación. ¡Dios todavía sana hoy!
Cuando salgas a ministrar, espera milagros. Cuando toques a la puerta de tu vecino para compartir con él o para invitarlo a tu iglesia, espera un milagro. Cuenta con que la
gente será tocada por el poder del Espíritu Santo. Sivas a servir al Señor, tendrás que luchar contra la desesperanza.
Aquellos que escogen no servir no tendrán que luchar contra esto; pero los que van a servir a Jesucristo tendrán que luchar contra la desolación que existe en el mundo.
Ten cuidado de que la desolación y la desesperación no llenen tu corazón. Si dejas que la congoja llene tu corazón, un día irás a tu congregación y les dirás: "Estamos mal. ¿Para qué continuar así?" El creyente, el predicador, el adorador y el intercesor tendrán que luchar contra el ataque demoníaco de la desesperación, porque elmundo está sin esperanza.
¿Estás dispuesto a hacerle frente?
Note que la viuda le dice a Elías: "Lo siento, no puedo darle comida porque estoy a punto de morir. ¿Cómo es posible que me esté pidiendo de comer?" Pero también note que Elías no dice: "Oh, discúlpeme. Perdóneme por haberle pedido. Voy a tocar otra puerta a ver si me dan un poco de comida". Él le dijo: "No temas" (l Reyes 17:13).
Necesitamos siervos del Señor que se levanten con autoridad y les digan a los desesperados: "No tengan miedo".
Elías tuvo una oportunidad de sofocar lo milagroso y quedarse con la depresión, la decepción y la frustración. Una actitud de frustración pudo haber paralizado su capacidad de realizar milagros. Pero su espíritu dócil le ayudó a cooperar con el plan de Dios en vezde resistirlo.
Dios te está preparando para grandes cosas. ¿Estás dispuesto a ser dócil y enseñable? ¿Estás dispuesto a renunciar a tu independencia y a sujetarte al Cuerpo de Cristo como nunca antes?
|